viernes, 27 de septiembre de 2019

PROYECTO ESCRITOR PARA SEGUNDO CICLO

"Este enfoque en la formación del estudiante aborda la propuesta de la escritura a partir de textos de estudio, enmarcados en los contenidos de las ciencias." 

La escritura forma parte de la civilización desde hace más de cuatro mil quinientos  años y es la diferencia fundamental del hombre desde su naturaleza y concepción en ella.
Su implicancia en la escuela cobra relevancia desde el paradigma comunicacional en el que nos sustentamos para su enseñanza partiendo de las habilidades y competencias de la comunicación  el habla, la escucha, la lectura y por supuesto la escritura como contenidos insoslayables a ser practicados y enseñados.



En el marco del “Proyecto Escritor de Segundo Ciclo” partiendo de lo realizado en los primeros años de escolaridad y atendiendo a los distintos tiempos de apropiación de la escritura de todos los niños en segundo ciclo es que se elabora la siguiente Secuencia de Escritura que parte de la concepción del enfoque desde la formación del estudiante. Este enfoque en la formación del estudiante aborda la propuesta de la escritura a partir de textos de estudio enmarcados en los contenidos de las ciencias en los meses de Octubre y Noviembre.  
                   OCHO CONTENIDOS , OCHO CLASES, OCHO ESCRITOS. 


SECUENCIA DIDÁCTICA


1. Elegir dentro del tema de ciencias naturales o sociales diferentes textos que contengan sobre su explicación y/o conceptualización. Es fundamental que para la enseñanza del contenido a trabajar se propongan diferentes fuentes que lo contemple, es decir si vamos a utilizar manuales entre los textos propuestos, éstos deben ser de distintas editoriales para que difieran en su redacción y/o abordaje de la temática.
2. Una vez elegido el contenido y las diferentes fuentes de información , proporcionar al niño el texto para que en el hogar lea y estudie el tema.
3. La clase comienza con un torbellino de ideas liderado y orientado por el docente donde se inicia el abordaje del tema recogiendo lo aportado por los niños según lo leído y estudiado en el hogar.
4. Acto seguido mediante dictado al docente se escribe en el pizarrón lo que los alumnos le van dictando en función del contenido leído en el hogar que ha propuesto para su enseñanza.
5. En un segundo momento dando revisión a lo escrito,  interviniendo e interpelando acerca de lo vertido por los niños teniendo como eje la intencionalidad didáctica, el maestro conjuntamente con los niños revisa lo dictado.
6. Esto significa orientar a los alumnos de manera “natural”, la forma y recursos que resuelvan el problema retórico planteado. Es fundamental el especial cuidado en la forma en que se presentan las consignas de escritura.
7. Una vez revisado y corregido el texto se pasa al afiche que primeramente permanecerá en el pizarrón hasta que los niños terminen con “la copia con  sentido” en sus carpetas, para luego formar parte del ambiente alfabetizador del salón.
8. La secuencia en el aula está prevista para ser abordada en 2 horas cátedras. De allí en adelante el docente propondrá continuar la enseñanza del contenido en próximas clases en función de la formación del estudiante con la actividad que considere atendiendo a los principios de continuidad, alternancia y progresión siguiendo las propuestas del Diseño Curricular para el abordaje de las ciencias en consonancia con los modos de conocer.
9. Se espera entonces con el trabajo prosecutivo de la secuencia producciones escritas de los alumnos fortalecidas conceptual y semánticamente en función de lo establecido curricularmente atendiendo asimismo a la progresión cognitiva según los distintos puntos de partida. 


ORIENTACIONES 

Los docentes  de segundo ciclo, de ambos turnos, implementarán esta secuencia.  Serán dos horas por semana , durante ocho semanas. Incluir en la agenda semanal bajo la denominación de PROYECTO ESCRITOR agregando el contenido que se trabajará. 
Tendrán que seleccionar ocho contenidos de CIENCIAS y poner en práctica la secuencia. 
También agregar el PROYECTO ESCRITOR ENMARCADO EN LOS CONTENIDO DE LAS CIENCIAS en la nueva planificación bimestral. 

La secuencia es un punto de partida que tomando lo trabajado, ofrece la prosecución de actividades para el avance y progresión léxica, cohesiva y coherente de la escritura de los niños que seguramente enriquecerán con las proposiciones que surjan a partir de la misma. 

Es fundamental ir avanzando en los sucesivos escritos en la ortografía, el formato textual y la intencionalidad del mismo que debe reflejarse en la propuesta didáctica que vaya desplegando cada  docente. 
Luego de esta primera escritura por parte del docente representando la mano del niño se podrá ofrecer por ejemplo:  
                             -  La escritura por parejas. 
                           -  La escritura por sí mismo, corrigiendo y volviendo sobre el escrito. 
                            -  Sobre los propios escritos desordenarlos por párrafos para que los copien                                       ordenados.
                             -  La utilización de la TICS en la construcción textual.

Este es el comienzo para desandar la progresión en la escritura de los niños. La intervención y el sostenimiento de la propuesta se enmarca en la convocatoria para su prosecución en la que mediante los acuerdos institucionales y con el grado de competencia y compromiso de todos los involucrados en la enseñanza de los nuestros alumnos, se llevará adelante. 

MATERIAL COMPLEMENTARIO


Dando click en la imagen encontrarán material bibliográfico que podrán leer y qué les permitirá avanzar en la secuencia con conocimiento y técnicas que son aplicables perfectamente al segundo ciclo. 

viernes, 13 de septiembre de 2019

Documento Semana de la Lectura y de la Escritura






https://drive.google.com/file/d/17oqnOKQlYMtGLOn6iTrrWWeymDXfB2iF/view?usp=drivesdk

Semana de la lectura y la escritura 2019


Semana de la lectura y la escritura del 23 al 27 de septiembre en todas las escuelas del país






Pero la infancia no es ni nostalgia ni temor ni paraíso perdido ni vellocino de oro, pero sí puede ser horizonte, punto de partida, coordenadas a partir de las cuales las leyes de una vida pudieran encontrar su sentido.
Organizar una Semana de la Lectura y la Escritura en las escuelas implica visibilizar, a la vez que fortalecer e intensificar las prácticas de lectura y escritura.
Sin duda, la escuela es un excelente escenario para que lectores, escritores y textos se encuentren. Como dice Graciela Montes (2007), se trata de “que la escuela se asuma como la gran ocasión para que todos los que vivimos en este país lleguemos a ser lectores plenos, poderosos”.
Para esto, es necesario favorecer diversas escenas de lectura, escritura y oralidad. Y en esos encuentros ensayar propuestas de trabajo que inviten a crear, explorar, descubrir e imaginar.
Es interesante y potente propiciar, en estas escenas, el diálogo entre campos disciplinares y lenguajes artísticos como modo de enriquecer las experiencias de lectura y escritura. La participación de la comunidad educativa y los intercambios con otras instituciones profundizarán esos diálogos.
Para acompañar el desarrollo de la Semana, la primera parte del documento que se adjunta, diseñado por el equipo técnico del Plan Nacional de Lectura, presenta propuestas orientadoras en torno de un eje temático: las infancias. De esta forma, se acercan modos posibles de organizar la tarea a través de recorridos acordes a los niveles educativos (desde inicial a superior).
La segunda parte de este material propone otras actividades no secuenciadas vinculadas a la oralidad y a la lectura en voz alta, el diálogo literario, la lectura, la escritura y su vínculo con otros lenguajes artísticos, y también la reflexión sobre los procesos de lectura y escritura. Cada escuela podrá optar por estos u otros formatos que se ajusten a su realidad y posibilidades en la agenda escolar.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Sarmiento


Material para trabajar sobre
Domingo Faustino Sarmiento
Hombre
Faustino Valentín Sarmiento, conocido como Domingo Faustino, nombre que asumió en homenaje al santo de familia, nació en San Juan, capital de la provincia cuyana argentina, el 15 de febrero de 1811. Hijo de José Clemente Quiroga Sarmiento, arriero de mulas y peón ocasional, fervoroso soldado de la Independencia, y de Paula Albarracín, mujer fuerte y emprendedora que, en ausencia del padre, se imponía en el hogar.
Entre 1815 y 1821, Domingo cursó estudios en la Escuela de la Patria de su ciudad natal. En 1823, luego de tratar vanamente de ingresar al Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires, trabajó como asistente del ingeniero Víctor Barreau, en la Oficina de Topografía de San Juan. Su tío, el presbítero José de Oro -a cargo de los estudios de Domingo- fue desterrado en 1825, por exhibirse contra las reformas eclesiásticas. Se trasladaron juntos a San Luis, donde Sarmiento fundó su primera escuelita, siendo maestro y discípulo al mismo tiempo. De regreso a la ciudad, fue dependiente de la tienda de un familiar y, ya desde entonces, el joven Sarmiento leía cuanto libro podía obtener.
La victoria federal en 1831 y el triunfo posterior de Facundo Quiroga al reconquistar las provincias andinas, provocaron el primer destierro de Sarmiento que emigró a Chile, donde permaneció hasta 1836 realizando distintas actividades para subsistir. Estudió por su cuenta inglés, francés, alemán, leyó sobre historia y derecho. Trabajó como profesor en una escuela de la provincia de Los Andes, donde mantuvo con la alumna María Jesús del Canto, una relación amorosa de la que nació su única hija Ana Faustina, quien lo acompañó durante toda su vida. En 1836, mientras se desempeñaba como minero, contrajo fiebre tifoidea y, a pedido de su familia, el entonces gobernador, Nazario Benavídez, le permitió volver a su ciudad natal.
Allí fundó el Colegio de Pensionistas de Santa Rosa, instituto secundario para señoritas. Se inició en el periodismo con la creación del periódico El Zonda. Creó y dirigió en 1842 la Escuela Normal de Preceptores, primera institución latinoamericana especializada en preparar maestros.
Su labor como pedagogo fue reconocida por la Universidad de Chile que lo nombró miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades; y en 1845, el presidente Manuel Montt Torres le encomendó la tarea de estudiar los sistemas educativos de Europa y Estados Unidos, hacia donde viajó.
En 1848 se casó con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo de éstos, Domingo Fidel (Dominguito), quien al estallar la guerra contra Paraguay y pese a la oposición de su madre, se alistó en el ejército argentino donde obtuvo el grado de capitán. Dominguito murió a los 21 años de edad, en 1866. Sarmiento escribió la biografía de su apreciado hijo adoptivo (Vida de Dominguito). La prematura muerte del joven lo entristeció hasta su propia muerte acaecida en Paraguay el 11 de septiembre de 1888, a los 77 años de edad. Sus restos regresaron a Buenos Aires y fueron sepultados en el Cementerio de la Recoleta.

Funcionario
Sarmiento tuvo a lo largo de su vida una activa participación política. Luego de rechazar dos cargos como diputado en Buenos Aires, inició su carrera política como concejal en esa ciudad en 1855. Nombrado Jefe del Departamento de Escuelas, habilitó nuevos edificios de enseñanza y redactó la importante publicación pedagógica Anales de la Educación Común.
Desde el periódico El Nacional esbozó iniciativas que daban cuenta de su imagen política, propuso el cercamiento de las estancias, la ocupación y distribución de las tierras públicas; la regulación de las aduanas, ferrocarriles e inmigración. Desarrolló propuestas para todos los problemas que se presentaban a la naciente vida institucional argentina.
En 1857, como senador, propició el voto secreto y medidas de salubridad y circulación comercial. Continuó sus críticas al régimen de tierras de Buenos Aires, al “latifundio que no deja lugar al hombre, que ha nacido en la estancia de cuarenta leguas, que no tiene andando el día a caballo dónde reclinar su cabeza, que está sometido a las vacas, dueñas y señoras de la pampa”. [Susana Zanetti y Margarita Pontieri, en: “El ensayo: Domingo F. Sarmiento”, Historia de la literatura argentina, desde la Colonia hasta el Romanticismo, CEAL, Bs. As., 1967; tomo 1, pág. 379]
En 1862, al llegar a San Juan como teniente coronel, enviado por el presidente Bartolomé Mitre para sofocar un levantamiento de caudillos, sus coprovincianos le ofrecieron el gobierno. Luego de la muerte del general Ángel “Chacho” Peñaloza (1863), Sarmiento decretó el estado de sitio sin solicitarlo al gobierno nacional, por lo que fue desaprobado y renunció a la gobernación en 1864.
El presidente Mitre le encomendó la misión de ministro plenipotenciario en Estados Unidos. Allí residió tres años, en los que se vinculó con políticos, educadores, filántropos; fue invitado a dar conferencias en Nueva York y nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Michigan.
En 1868 triunfó su candidatura a la presidencia con la fórmula Sarmiento–Alsina. Su gobierno encaró múltiples conflictos: guerra con Paraguay (terminada en 1870), epidemias de cólera y fiebre amarilla, levantamientos militares como el de López Jordán y asesinatos políticos como el de Urquiza, expediciones militares contra los indios, el pronunciamiento de Mitre y hasta un atentado contra su vida.
Luego, como Senador de la Nación (hasta 1875) y Director General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires (1881), se ocupó de la inmigración y la enseñanza laica. Defendió la educación de la mujer a la par del hombre, y mantuvo amistad con Juana Manso, a quien consideró la única persona en América Latina que había interpretado su plan de educación.

Escritor
Sarmiento fundó la Sociedad Literaria en 1838, filial sanjuanina de la porteña Asociación de Mayo de 1810, de la que participaban Esteban Echeverría, José María Gutiérrez, Juan Bautista Alberdi y otros hombres de la Generación de 1837. La sede del grupo artístico era utilizada como centro de reunión de los opositores a Juan Manuel de Rosas, por entonces gobernador de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de Argentina.
Creó el periódico El Zonda (1839), desde el que dirigió críticas al rosismo. Por sus ataques al gobierno federal, en 1840 tuvo que exiliarse en Chile. Allí fundó el periódico El Progreso y escribió para El MercurioEl Heraldo Nacional y El Nacional.
Compuso un Método de lectura gradual (1845) que el gobierno chileno adoptó para enseñar a leer en escuelas públicas.
En Polémicas (1842) sobre la lengua, la ortografía, el romanticismo que sostuvo con Andrés Bello y con la Revista Católica, se palpa su entusiasmo por el desarrollo de discusiones y controversias filosóficas, políticas, educativas, a las que consideraba de un gran enriquecimiento intelectual. En su obra Conflictos y armonías de las razas en América (1883) suavizó prejuicios raciales contra el indígena que había expresado anteriormente.
En Recuerdos de provincia (1850) Sarmiento narró su infancia, “sin espacio para la melancolía, la nostalgia o el ensueño propios del romanticismo más subjetivo. (…) edifica su imagen, tan sin tapujos, sin pudor casi, sabiendo que se lo percibe arrogante e irónico”. [Susana Zanetti y Margarita Pontieri en “El ensayo: Domingo F. Sarmiento”, Historia de la literatura argentina, desde la Colonia hasta el Romanticismo, CEAL, Bs. As., 1967; tomo 1, pág. 405]
Durante 1845, el periódico El Progreso, de Chile, publicó el folletín que luego se editó completo bajo el título: Civilización i barbarie, Vida de Juan Facundo Quiroga, aspecto físico, costumbres i ábitos de la República Argentina. La obra relata la lucha que libró la civilización de las ciudades, contra la barbarie de la campaña, entendido en términos del propio Sarmiento. El autor identifica la historia con la biografía: en el destino del caudillo riojano, Sarmiento simboliza la campaña bárbara. Luego de describir tremendamente a Quiroga y a Rosas, propone un programa de gobierno que ubicaría al país en el camino del progreso.
No existe prácticamente texto de Sarmiento que no surja como respuesta ante una situación, para rebatir una idea o lanzarla: “Soldado, con la pluma o la espada, combato para escribir, que escribir es pensar…”, dijo en su obra Campaña en el Ejército Grande aliado Sud América (1852). [Sarmiento, Domingo F.: Campaña en el Ejército Grande, México, Fondo de Cultura Económica, 1958.]


Viajero
Sarmiento fue un viajero: en algunas oportunidades llevado por misiones diplomáticas o culturales; en otras, por los exilios que, más que viajes, constituyeron diversos y sucesivos lugares de residencia.
Hacia 1845 Sarmiento partió desde Valparaíso (Chile) en misión oficial para estudiar métodos de educación en Europa y Estados Unidos. Regresó tres años después de haber visitado personalidades como George Sand, Honoré de Balzac y a su compatriota José de San Martín, quien vivía exiliado por propia voluntad, en su residencia de Grand Bourg.
Una vez finalizado su viaje por el mundo, en 1848 se casó con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo de éstos, Domingo Fidel (“Dominguito”) y se instaló con ellos en Yungay. Durante más de un año se dedicó de lleno a escribir; fruto de ello es su obre Viajes en Europa, África y América, (volumen 1, 1849 y volumen 2, 1851): en cuyo prólogo escribió: “Los viajes son el complemento de la educación de los hombres, y si el contacto con personajes eminentes eleva el espíritu y perfecciona las ideas, puedo vanagloriarme de haber sido muy feliz en mi excursión, pues he podido acercarme, no sin haber sido favorablemente introducido, a los hombres más eminentes de la época”.
Sarmiento era un observador, trataba de identificar paisajes, costumbres, modos de organización.
Durante su viaje a los Estados Unidos, lo fascinaron las transformaciones geográficas, la extensión de las comunicaciones, los ferrocarriles, la colonización hacia el oeste. Relacionó esos cambios con los aspectos materiales necesarios para la conformación de una república democrática e igualitaria. Ese viaje, sin duda, contribuyó a forjar su proyecto político para la naciente Argentina.
Domingo Faustino Sarmiento fue un autodidacta. Así lo vieron sus contemporáneos, para la caricatura (como el dibujante Stein, en el periódico El Mosquito) o para la admiración y el comienzo de un mito según los escritos de Leopoldo Lugones, y hasta la actualidad Ezequiel Martínez Estrada y David Viñas, quien sostuvo: “…sus palabras se abren paso, avanzan sobre nosotros desgarrando la zona de lo vedado y su viaje inaugura una real comunicación en tanto supone un cuerpo a cuerpo y un esfuerzo por reconquistarse a través de una versión de Europa que no se corresponda con las visiones elaboradas. Por eso, si nos atenemos a esa tensión y a su creciente impudor, Sarmiento es el primer escritor moderno de nuestra literatura”. [David Viñas: Literatura argentina y realidad política”, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1964]



http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/autoresargentinos/sarmiento.htm


DALE Cuadernillo nivel 1 del alumno

https://drive.google.com/file/d/1PAXpQiXre5KBUgCWzvrVQ42RTEBhczTU/view?usp=drivesdk