Conocimientos básicos de Moodle
Hacia una pedagogía de la virtualidad
Módulo 3. Inscribirse en
una escena colectiva
En el módulo
anterior, abordamos la cuestión de la consigna y el trabajo con el saber en las
aulas virtuales, una función central de la escuela que nos proponemos sostener
en la virtualidad, o en la semipresencialidad, acompañados por los nuevos
entornos sociotécnicos (aunque sean “nuevos” por su masividad y por estar
orientados a la escolaridad obligatoria). Cómo disponer la clase, según qué
coreografías, a través de qué preguntas y cómo convocar la atención fueron
algunas de las preguntas que recorrimos.
En este nuevo
módulo, seguiremos profundizando en estas ideas trayendo a la escena otra de
las funciones centrales del dispositivo escolar, aquella que tiene que ver con
hacer comunidad. Nos referimos a tres cuestiones fundamentales de la escuela:
como espacio de transmisión de la cultura común, como espacio de encuentro con
los pares y como lugar otro, distinto
al hogar, donde convivimos con lo que no es lo familiar, que no es lo privado,
sino lo público.
➢ Pensar la escuela como espacio de
encuentro intergeneracional y también con los pares, con los otros y lo otro.
➢ Explorar las configuraciones de
Moodle que permiten organizar el trabajo grupal y colaborativo en las aulas
virtuales.
➢ Construir criterios comunes de
selección de contenidos y modos de trabajo con el conocimiento que nos permitan
reponer la dimensión colectiva incluso en la distancia física que supone la
virtualidad.
Contenidos
El desafío de interrumpir la trama cotidiana con una
propuesta escolar que nos acomune en la virtualidad. Aprender con otros, de
otros y junto a otros en la plataforma Moodle. La educación como transmisión
del mundo, la escuela como umbral de lo privado a lo público. Familia y
escuela: hacer comunidad, cuidar en comunidad.
Estar
juntos cada uno en su casa
Uno de los
desafíos que el aislamiento social preventivo y obligatorio nos invita a asumir
es aquel de recrear un cierto modo de estar juntos entre generaciones y con los
pares, que es propio del encuentro escolar. En contraposición a ese espacio
colectivo y compartido, la virtualidad nos mantiene a cada uno/a en su casa y,
en el mejor de los casos, interactuando con lo que la escuela propone a través
de una pantalla o de un cuadernillo.
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Para
detenernos brevemente en esta aparente oposición, los y las invitamos a
visualizar un corto registro histórico documental de 1954 donde el célebre
psicólogo conductista Burrhus Frederic Skinner presenta la Máquina de enseñar. Disponible aquí. Luego de
mirarlo, les proponemos reflexionar sobre los siguientes interrogantes: ¿Cómo
se organiza el intercambio y la participación en esta clase que muestra
Skinner? ¿Cuál es el lugar que se le da la conversación y a la puesta en
común en relación al aprendizaje? ¿Qué lugar se le da al trabajo docente? ¿Y
al trabajo con los pares? |
La escena que
se recrea con la “Máquina de Enseñar” de Skinner tiene lugar en un aula
presencial. Sin embargo, la organización de los cuerpos y de la atención está
fragmentada y volcada al trabajo individual y a la interacción exclusiva con
una máquina, en un aprendizaje programado en una secuencia que es igual para
todos los y todas las estudiantes. ¿Cómo es esta escena en el escenario actual,
donde el ingreso a la escuela, a lo escolar, está mediado por una pantalla de
acceso individualizado? ¿Se parece? ¿Se distancia?
En principio,
es importante decir que la escena de Skinner se parece bastante poco tanto a lo
que pasa efectivamente en las escuelas como a lo que nos gustaría que pase. En
contraposición, entendemos a la escuela como un espacio donde se aprende con
otros, donde el encuentro de las miradas y el intercambio de las palabras es
condición del hacer cotidiano escolar que supone inscribirse en una cultura
común. Un hacer que tiene mucho que ver con el entorno sociotécnico, que
habilita ciertos trabajos y conversaciones mientras desalienta otros, pero que
puede ser (o no) a partir de la propuesta pedagógica del o de la docente.
Entonces, ¿cómo hacer del aula virtual un espacio donde estar
con otros? En el módulo anterior, la docente, que relataba su experiencia con
los encuentros sincrónicos mediante aplicaciones de videoconferencia, los
describía como una forma de libertad que nos permitía estar juntos cuando el
aislamiento social es la mejor forma de cuidarnos. En este módulo,
profundizaremos en ello, planteando que en Moodle existen otras posibilidades
de estar juntos, de construir en colectivo y de construir lo colectivo. La
preocupación será, entonces, cómo hacer comunidad, cómo habilitar en el aula
virtual modos de estar y hacer con otros, cómo generamos un fogón que nos convoque desde la calidez y
las ganas de estar juntos a pesar de la distancia física.
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Los y
las invitamos a mirar el siguiente video del pedagogo Manuel Becerra, donde
reflexiona sobre la presencia en el
nuevo escenario y nos plantea algo sobre lo que nos falta en la virtualidad.
Disponible aquí. |
Escuela y
familia
Marcelo Caruso, especialista en historia de la educación,
señalaba, en la mesa de apertura de las ya citadas Jornadas Nacionales de
Formación Docente del INFD y el Ministerio de Educación de la Nación, que la
situación de pandemia funciona como una maquinaria
de hacer ver cosas que ya estaban ahí, pero que ahora tienen otra urgencia.
Una de ellas es el valor simbólico y social de la escuela como un lugar otro a la casa y que cumple una función
de aprendizaje, pero, además, una función social de guardería (término que pone entre comillas).
Frente a la interrupción de la presencialidad, se produce una
disrupción del cotidiano que visibiliza a la escuela como un lugar
indispensable para la organización familiar en el contexto del capitalismo
moderno. En línea con otros debates actuales, diremos que la escuela aparece,
por lo tanto, como un espacio de cuidado, como una institución con la cual las
familias comparten las responsabilidades no solo de inscribir en la cultura
común, sino también de dar abrigo a los nuevos y las nuevas.
No se trata de un tema menor porque, como bien señala Caruso,
la tensión entre el aprendizaje como centro del proyecto escolar y lo que llama función social ha marcado buena parte
de los debates sobre el devenir de la escuela en las últimas décadas,
especialmente desde los noventa. Pero no es la idea aquí volver a esos debates,
sino traer a la reflexión una realidad que, en este contexto, tomó una nueva
materialidad: las familias cuentan con la escuela para que cada uno y cada una
(adultos/as incluidos/as) pueda llevar adelante sus tareas diarias.
Desde la virtualidad, ¿cómo podemos reponer algo de lo
compartido de las tareas de cuidado?, ¿cómo podemos seguir acompañando en la
organización familiar cuando los tiempos y espacios de las escuelas son otros?
Al igual que otras veces, no tenemos respuestas, pero sí algunas sugerencias.
En principio, es importante que desde un aula virtual podamos generar nuevos rituales, nuevos acuerdos de
tiempo y espacio que resulten ordenadores de la enseñanza por otros medios; por
ejemplo, publicar clases siempre el
mismo día y cerca de la misma hora. También, limitar los espacios de
intercambio a un conjunto de plataformas, haciendo uso de todos aquellos
recursos digitales que nos permitan estar y construir con otros aunque limitado
a un número pequeño de estudiantes que, reunidos y reunidas en el aula de
Moodle como centro de la propuesta, les permita construir una familiaridad
progresiva. Además, mantener el aula limpia,
es decir, ordenada con una lógica que tenga un sentido de constancia (una
pestaña por semana o por clase o por proyecto, siempre bajo el mismo criterio).
Por supuesto, todas
estas consideraciones funcionan mejor como rituales si son el resultado de un
acuerdo institucional en el que la totalidad de los y las docentes de una
escuela se comprometen: si los criterios para ordenar el aula, los
espacios/plataformas y los tiempos son los mismos para todos y todas. De alguna forma –como muchas instituciones ya han podido
comprobar en estos meses–, esos criterios comunes nos permitirán pasar de la
materia o del aula como unidad de vínculo entre estudiantes y tareas para
proponer, en cambio, una escuela en la
virtualidad, un proyecto que nos reúne como cada día nos reúne el
edificio escolar. |
Otra forma de
acompañar la organización familiar es proponer actividades que permitan el
trabajo autónomo de los y las estudiantes, es decir que no dependan de los
adultos y las adultas ni para el acceso a los recursos ni para la resolución de
las actividades. Claramente, esto no será igual para todas las familias ni en
todas las comunidades, pero este criterio de autonomía vuelve a ser importante
a la hora de pensar qué y cómo lo proponemos.
Una casa donde
hay un solo celular no funciona de la misma manera que aquella donde hay
múltiples dispositivos. Tampoco funciona del mismo modo para estudiantes (o
familias) alfabetizadas que para aquellas donde el acceso a la palabra escrita
es un desafío en construcción. Pero lo que nos interesa especialmente es pensar
en actividades que puedan resolverse de forma independiente y que, al mismo
tiempo, contribuyan a que los y las estudiantes ganen autonomía, eso que
aprenden también progresivamente en las aulas presenciales.
Finalmente, no hay que descuidar aquello de enseñar el oficio de estudiante, especialmente para
el sexto año de la escuela Primaria y los primeros de la Secundaria. Acompañar
en hacerse de un tiempo y un lugar para el trabajo escolar (respetando la
diversidad de realidades domésticas), orientar sobre los materiales reales que pueden ser de utilidad para dejar registro de
procesos o ideas centrales (un cuaderno de apuntes, una carpeta de clase) y
enseñar a leer de manera comprensiva (preparando un texto para el estudio, por
ejemplo) son algunas de las cosas que podemos hacer en este sentido.
Generar momentos comunes
En principio,
y como ya abordamos en el módulo anterior, los foros son el espacio de
construcción colectiva más a mano en las aulas virtuales de Moodle. Por
supuesto, también lo apuntamos, la profundidad del trabajo y lo significativo
de los intercambios depende de las consignas y de las intervenciones docentes,
particularmente de las preguntas que puedan traer al foro para sostener el
diálogo acerca de la cultura y el conocimiento. Más adelante, profundizaremos
sobre el tipo de conversaciones que habilitan de mejor manera la construcción
colectiva. Pero, ahora, avanzaremos en otra línea.
En el aula
presencial, una de las formas más habituales del intercambio es el trabajo
grupal. En la virtualidad en general y en Moodle en particular, existe la
posibilidad de generar instancias con agrupamientos distintos al trabajo individual
y la puesta en común colectiva. Es el caso de las llamadas Actividades (nombre que la plataforma le da a estas
configuraciones, siguiendo con las metáforas escolares), que pueden resolverse
a través del trabajo con pares en pequeños o grandes grupos.
Resulta fundamental poder seleccionar aquellos espacios de encuentro, conversación y producción que se ajusten mejor a las necesidades comunicativas de los y las estudiantes para dar respuesta al desafío propuesto. Pero antes de pasar a la descripción de cada una de las opciones de trabajo entre pares en las aulas virtuales de Moodle, es necesario abordar la conformación de grupos, un paso anterior que se precisa para marcar los recorridos y espacios propios de cada equipo de trabajo en el aula virtual.
La definición de Grupos nos permite elegir qué integrantes
los constituyen o asignarlos al azar. Luego de esto, podemos elegir qué tipo de
actividad colectiva llevar adelante
(Wikis, Foros, Tareas, entre otras “actividades de Moodle”).
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En el siguiente tutorial, podrán
explorar los caminos para la creación de grupos en la plataforma Moodle.
Disponible aquí. |
Aprender con otros
Como
menciona Daniel Feldman (PostituloEduTIC,
2015) en una entrevista que compartimos más abajo,
lo que define al trabajo colectivo, en relación a su vínculo con las
tecnologías, no es el medio (documento compartido de Google, una wiki, un muro,
un foro, un chat o una mesa de trabajo con papel y lápiz), sino la consigna, el tipo de tarea que empuje a
las alumnas y los alumnos a trabajar cooperativamente entre sí.
Aquí es central preguntarnos: ¿todo trabajo grupal supone un
aprendizaje colectivo? No, ya que no se trata de un opción de agrupamiento; se
trata de un modo de relación con el saber y de conversar y cooperar con los y
las demás para construir conocimientos en conjunto.
Entonces, ¿qué es lo específico de este tipo de aprendizaje?
Es la posibilidad de resolver una tarea con otros y de aprender –cuando la propuesta de
enseñanza abre la posibilidad– con
otros, de los otros, junto con otros.
El aprendizaje colectivo es, así, un modo de aprender donde la conversación y
el intercambio con los demás es el principal trabajo con el saber, donde el
aprendizaje se produce al compartir ideas, explicar y argumentar para que otros
y otras entiendan, comprender el punto de vista de otros para evaluar
colectivamente la información o las hipótesis y construir consensos para la
toma conjunta de decisiones.
Es importante,
por lo tanto, tener en cuenta que el aprendizaje con otros puede tener
distintas temporalidades. A veces, puede darse cuando trabajamos en grupos y,
otras, cuando estamos frente a algunas consignas y desafíos específicos que dan
lugar a distintas formas de comprender o describir. Al mismo tiempo, define y
constituye a cada grupo también por su potencial de sostener estos modos de
aprender.
Estas implicancias del trabajo con otros las tenemos que
pensar tanto en relación con los espacios de colaboración diseñados para
nuestros y nuestras estudiantes como también en la organización del trabajo
entre pares, entre colegas docentes. Las nuevas tecnologías por sí solas no van
contribuir a ese trabajo colaborativo; tiene que existir una clara intencionalidad
pedagógica, sistemática y duradera que promueva a que los y las docentes
trabajen con otros. Se busca generar empatía, conocerse y reconocerse, plantear
discusiones, intercambios y debates, establecer problemas en común, revisar lo
hecho y volver a empezar.
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Los y las invitamos a acceder a una entrevista realizada a
Flavia Terigi y Daniel Feldman sobre el trabajo colaborativo mediado por
tecnologías digitales y en red. Allí, se describen algunas de las condiciones
que una propuesta de enseñanza debe reunir para convocar al trabajo
colaborativo: ● Primero, la propuesta debe estar
organizada alrededor de un asunto que
demande colaboración, es decir, que no pueda resolverse en solitario o
que no tenga sentido de ese modo. ● La segunda condición es, para
Terigi, que exista un tiempo personal
de elaboración, un espacio privado de trabajo en borrador que permita que
cada estudiante llegue al trabajo colectivo desde una producción o
posicionamiento propio. ● Finalmente, la tercera condición
para promover un trabajo colaborativo es movilizar un tipo de conversación que no focalice en la disputa o en la
acumulación de respuestas e ideas (aunque contradictorias), sino que sea
exploratoria y donde cada uno o una pueda exponer sus argumentos y, desde
allí, trabajar en conjunto para la construcción de consensos. La entrevista completa
está disponible aquí. |
Recursos para el trabajo colectivo en
Moodle
A continuación,
describiremos brevemente algunas de las Actividades
disponibles en Moodle,
que permiten el trabajo con otros. El listado no pretende ser exhaustivo, sino
recuperar aquellos recursos más frecuentemente utilizados.
Wikis:
El módulo de actividad wiki le permite a los y las
estudiantes añadir y editar un contenido en un documento de manera colaborativa
(todos y todas pueden escribir y/o borrar). Una wiki es como un cuaderno:
podemos sumar tantas páginas como sea necesario y, dentro de cada una, escribir con textos, imágenes, audios o
videos.
En general, la wiki es cooperativa, en ella trabaja un grupo.
Sin embargo, puede ser asignada a un solo alumno o una sola alumna,
constituyéndose en un diario personal de trabajo. Tiene dos características
típicas: la primera es que dispone de un historial
de cambios que permite al/a la docente observar qué aportó cada integrante
del equipo al documento en construcción; la segunda es que permite exportar el
documento como PDF, lo que facilita el compartir y el entregar (como tarea) en el buzón correspondiente.
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Tutorial sobre
Actividades en Moodle: Wiki. Disponible aquí. |
Foro
Grupal:
Ya hemos
hablado de las características de los foros
dentro del Campus. En relación a las propuestas de trabajo con otros,
agregaremos que son una muy buena opción para hilvanar conversaciones sobre un
tema específico. También, para debatir, acordar y discutir antes y durante la
realización de la actividad.
Para este fin,
los foros se deben configurar por
grupos; de este modo, en cada hilo de conversación solo podrán participar los
miembros del grupo armado. Existen, además, dos condiciones de visualización:
los Grupos visibles (todos ven lo
que editan los otros grupos) o Grupos
separados (donde no hay acceso a la conversación de los demás).
Los foros
grupales tienen diferentes funciones en el aula. Entre ellas, permiten crear acuerdos y desarrollar
discusiones al interior de los grupos de trabajo. Muchas veces, se usan
como un complemento de la wiki: en la wiki desarrollan el documento que
acuerdan en foros grupales privados. Es probable que esos intercambios, que dan
como resultado una producción grupal, se combinen con el uso de herramientas de
comunicación por fuera de la plataforma (correo electrónico, grupos de
WhatsApp). Si la propuesta es inquietante, seguramente los espacios de
intercambio se diversifiquen y desborden los espacios formales previamente
pautados.
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Tutorial sobre
Actividades en Moodle: Foros Grupales. Disponible aquí. |
Tarea:
La actividad Tarea funciona como un buzón de entrega
de actividades. Puede ser individual o grupal y es posible elegir si entrega un
solo integrante o si entregan todos. También, permite crear una escala de
calificación (profundizaremos sobre la evaluación y sus desafíos en el próximo
módulo de este curso) y ofrecer criterios de evaluación –en forma de texto,
rúbrica o lista– que estén disponibles para los y las estudiantes antes de la
entrega. Esos criterios pueden ser utilizados por el o la docente para
construir las devoluciones, individuales o grupales, a través del espacio
específico que ofrece la sección Tarea.
Cuando
utilicemos la actividad wiki, es interesante disponer de un espacio de Tarea para que los grupos puedan
entregar sus producciones finales en PDF, consultar los criterios de evaluación
y recibir una devolución.
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Tutorial sobre
Actividades en Moodle: Tarea. Disponible aquí. |
¿Hacemos recreo en la virtualidad?
Una cuestión
no menor, que podemos retomar de las palabras de Manuel Becerra citadas en el
primer apartado, es la importancia de las otras
cosas que pasan en la escuela: el encuentro con los pares, los momentos de
disfrute, de pausa, de recreo y de intercambio de otro orden.
El aula
virtual de Moodle nos permite generar espacios y tiempos de este tipo. No
implica utilizar ninguna configuración especial, sino la decisión pedagógica de
disponer un espacio definido por esas otras reglas. Típicamente, esto se hace a
través de un foro que funcione de pausa, de tema libre, de recreo. Ese espacio
puede ser entre pares, con mediaciones rasantes del docente, o puede ser un
lugar de encuentro entre generaciones donde esté habilitado un tipo de diálogo
y unos temas que son hoy centrales para cuidar cotidianamente, donde ver y
reconocer a los y las estudiantes desde otro lugar más cercano y honestamente
amoroso.
La transmisión de la cultura común
Desde su
origen como dispositivo masivo de educación de las infancias, la escuela ha
estado preocupada por traer a los nuevos y las nuevas a la cultura común, a
aquellas narrativas que nos unen, a las palabras que compartimos, a las
prácticas de hacer en colectivo, a los modos de ver y entender el mundo más o
menos institucionalizados. Esto supuso, en muchos casos, que la escuela fuera
un territorio de encuentro con los otros, con aquellos y aquellas que no son
iguales a mí; también, un encuentro con lo otro, con lo que no me es familiar
porque no es del orden de lo doméstico, sino de lo público.
Esta idea del
origen se contrapone, muchas veces, con un sentido común que asume que la
escuela no puede contradecir las ideas y valores de la crianza familiar, como
si debiéramos sostener un continuo entre el aula y el hogar. Pero ¿cómo
aprendemos a convivir con los otros y con lo otro si todos y todas son iguales
a mí, si solo escucho el mismo discurso acá y allá? Por el contrario, la
escuela les ofrece a los nuevos y las nuevas una práctica de ciudadanía en la
medida en que el encuentro con lo inesperado, que los y las desafía, se hace
presente y en la medida en que, precisamente, puedo y debo reconocer y respetar
un otro porque compartimos un mundo común.
En ese
sentido, Jorge Larrosa (2018) señala que lo que se pone en juego en la
educación son los bienes comunes,
aquello que, como la plaza, es cosa pública. El asunto de la escuela es,
entonces, la transmisión de la cultura, el pasaje a los nuevos y las nuevas de
lo que sabemos y construimos las generaciones anteriores y que decidimos, como
sociedad, que merece ser conservado y renovado. Se trata de una comunicación del mundo, de una
desprivatización de los objetos del conocimiento y de la cultura, pero también
de las formas de habitar, de vivir la vida (humanamente) y de dar sentido a lo
que significa vivir.
“Los niños, los que nacen, son nuevos en el mundo, vienen a
un mundo que les precede y que seguramente les sucederá, y la responsabilidad
de la educación es transmitirles ese mundo. Entregárselo como una herencia.
Como una herencia que no está acompañada de ningún testamento. Es decir, que
los nuevos renuevan el mundo al mismo tiempo que lo reciben” (Larrosa, 2018, p. 432) |
A partir de
esta forma de ver las cosas, podemos pensar que recrear lo común en la escuela
no es solo una cuestión de estar juntos, sino de proponer un trabajo sobre
determinados bienes, un trabajo de comunicación y pasaje. Salir de casa y
entrar a la escuela no se trata únicamente de edificios… ¿qué otras cosas
pueden funcionar de umbral, de transición, entre la casa/lo privado y la
escuela/lo público? Una propuesta, indispensable en estos tiempos de
aislamiento, será traer aquello que nos acomuna
al aula virtual, esos bienes de la cultura y del conocimiento que sentimos
propios y que, al mismo tiempo, son colectivos, que nos anudan a los y las
demás en un tejido social en el que somos todos
y todas y, también, cada uno y cada una. Reponer el sentido
de comunidad en las actividades que proponemos en el aula virtual será uno de
los modos de interrumpir, romper y cuestionar por siempre la escena de Skinner
en su versión digital y conectada cada uno y cada una en casa.
Por lo tanto,
entendemos que se trata de convocar la palabra para el intercambio con otros, y
que eso será más rico cuando pensemos en trabajos grupales, pero, además,
cuando propongamos proyectos significativos que, tal vez, involucren más de un
área o materia. Porque, a decir verdad, en estos tiempos, no solo los y las
estudiantes andan necesitando a los otros: a quienes enseñamos, el cuidado y
acompañamiento también nos hace bien.
Los y las
invitamos a pensar un aula virtual de Moodle que nos pueda reunir a varios y
varias, donde los y las docentes también puedan comprometerse en un trabajo
colectivo, donde lo que nos reúna sea una tarea o un proyecto que tenga que ver
con la comunidad y que permita a los chicos y las chicas pensarse a sí mismos y
mismas, a los otros y al mundo; que les permita hacer sentido y encontrarse,
salir del sentido común y pensar con otros. Enlazarse a través del conocimiento
para entramarse en un tejido comunitario que genere nuevas formas de
reconocimiento y cuidado colectivo.
Manos a la obra
Queridos y queridas colegas, hasta aquí hemos intentado problematizar
distintas formas de lo colectivo que pueden reponerse en la virtualidad y en el
aula de Moodle. El objetivo no es espejar la escuela en un nuevo contexto
sociotécnico, sino recuperar una dimensión fundamental de la escuela como
experiencia cotidiana, como institución de trasmisión de la cultura y como
espacio de encuentro con los otros. Una dimensión sin la cual se hace difícil
el desafío de cuidar y enlazar a propósito del conocimiento.
A continuación, les presentamos las actividades en las que estaremos
trabajando:
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Actividades Actividad
de proceso - 2da. etapa de realización En esta semana continuamos trabajando al
interior de cada grupo, en la edición del espacio correspondiente en el aula
de práctica, a partir de la planificación elaborada. Actividad
opcional, de tipo exploratoria Por otro lado, las y los invitamos a
explorar en forma personal (individual) en el aula de práctica la creación de
grupos, foros grupales y wiki.
Les acercamos una sugerencia de recorrido posible: 1.
Crear 2 grupos,
para asignar a cada uno por lo menos a 2 de sus compañeros/as de equipo.
Numerar a cada grupo de manera secuenciada o bien, colocarle un nombre que
los identifique para los compañeros. Para ello al crearlos deberán observar
los que ya han sido creados en el aula, para no repetir numeración ni nombre. 2.
Luego de crear
los grupos se deben agregar los usuarios a cada uno. Buscar en la lista de
usuarios el apellido correspondiente a cada compañero/a a asignar. 3.
Una vez creados
los grupos y asignados los usuarios les proponemos agregar 3 ACTIVIDADES de
modalidad grupal. Para esto pensar una consigna que promueva el
trabajo grupal, puede ser una única pregunta que invite al desarrollo
colectivo. Los espacios a crear para el trabajo grupal son: ●
1 Foro de
intercambio grupal (Foro de uso general) con grupos separados ●
1 Wiki
colaborativa, para grupos separados ●
1 Tarea con
Grupos Separados Participación del 2do.
Encuentro sincrónico en línea (opcional) Al igual que la semana anterior, el formador a cargo
del aula les enviará el enlace para participar de este encuentro.
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Referencias Ministerio de Educación (2020). Jornadas Nacionales de Formación Docente. Mesa panel ¿Reinventar la
escuela? ¡Reivindicar la escuela! Elsie Rockwell y Marcelo Caruso [Archivo
de video]. Disponible en https://youtu.be/b-ar2w23QU4 Larrosa, J. (2018). P de Profesor. CABA: Centro de Publicaciones Educativas y
Material Didáctico. Páginas
Web Moodle. Disponible en https://docs.moodle.org/ Videos Julieta Montero (2012, 6 de septiembre). La máquina de enseñar de Skinner
[Archivo de video]. Disponible en https://youtu.be/NJzu-RKpepc PostituloEduTIC (2015, 4 de
noviembre). El trabajo colaborativo y
las TIC – Daniel Feldman y Flavia Terigi [Archivo de video]. Disponible
en https://youtu.be/DnK7IazI_qg Imágenes Argentina. Ministerio de
Educación de la Nación (2015) Presente.
Retratos de la educación argentina. CABA: Ministerio de Educación de la
Nación. |
Licencia Creative Commons
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