Moodle
https://docs.google.com/document/d/1BS1wRK6vnxzX9RfMXmsQ1OfIfkd1OLbqe8oXszHIBLM/edit?usp=drivesdk
Conocimientos
básicos de Moodle -
Hacia
una pedagogía de la virtualidad
Módulo 1. ¿Qué supone enseñar a
distancia en entornos virtuales?
Comenzaremos
este recorrido pensando qué implica seguir haciendo escuela en la no
presencialidad y cómo la virtualidad se configura en un modo posible de recrear
sus espacios y modos de enseñar. En ese sentido, entendemos que las plataformas
virtuales para la educación, como Moodle, constituyen un contexto sociotécnico
en el que podemos plasmar propuestas de enseñanza para cuidar y enseñar
mientras dure el aislamiento preventivo en la Provincia de Buenos Aires.
Entendemos que,
por sí mismo, este entorno no garantiza el sostenimiento del vínculo entre los
y las estudiantes con la escuela ni la significatividad de las propuestas de
enseñanza que en ella se dispongan. Por eso, es desde la búsqueda y desde el
empecinamiento pedagógico, que nos convoca a seguir pensando juntos, que
abordaremos la exploración de los posibles usos de la plataforma y desde donde
recorreremos los distintos modos de ordenar la enseñanza que propone su
particular arquitectura técnica.
➢ Abordar las especificidades de hacer
escuela en la virtualidad y en contexto de aislamiento social, preventivo y
obligatorio.
➢ Indagar sobre las características
propias de la plataforma Moodle, provista por la DGCyE, y sobre los
intercambios y propuestas pedagógicas que habilita con las y los estudiantes de
la Provincia de Buenos Aires.
➢ Compartir criterios pedagógicos para
el diseño de propuestas en el aula virtual.
Hacia una
pedagogía de la virtualidad: análisis y construcción de criterios para la
continuidad pedagógica. La plataforma Moodle: medios para el diálogo y diseño
de propuestas para acompañar las trayectorias de los y las estudiantes.
Disponer la
clase y disponer la conversación, la narrativa en el medio digital para
sostener el vínculo pedagógico. Las metáforas de clase y aula virtual,
territorios para sostener el vínculo con la escolaridad. Momentos,
temporalidades y organización del encuentro pedagógico a distancia. El lugar de
la narrativa.
La
interrupción de las clases presenciales y el aislamiento social, preventivo y
obligatorio decretado en marzo, a raíz de la pandemia de COVID-19, han dado
lugar a configuraciones sociales y escolares inéditas. Se trata de nuevas
formas de escolaridad más o menos espontáneas en las que se redefinen tanto los
tiempos, los espacios y las formas como los vínculos entre docentes,
estudiantes y familias. Unas configuraciones heterogéneas y aún en construcción
donde lo que se sostiene es el acuerdo ético, político y pedagógico de seguir
haciendo escuela.
En este marco,
la virtualidad irrumpe como una opción para muchos (aunque no para todos) y no
solo como una nueva herramienta o soporte, sino más bien como un contexto, un
ambiente sociotécnico, en el que nos encontramos construyendo nuevas rutinas
para mantener el vínculo que es condición para enseñar y aprender. Un entorno
para la continuidad pedagógica que adopta distintas formas de acuerdo a los
medios y modos que elijamos, y también de acuerdo a cómo los pongamos en
diálogo entre sí.
Sin ninguna
duda, la virtualidad –como un espacio donde no estamos todos– es una llamada de
atención que debe ser mucho más que una nota entre paréntesis, porque la
igualdad y la inclusión son el horizonte que organiza nuestra tarea diaria. En
este sentido, es claro que la pandemia ha multiplicado y profundizado los
desafíos de la escuela en la Provincia de Buenos Aires. Estos desafíos tienen
que ver con hacer disponible e invitar a la cultura común en un contexto
profundamente desigual y diverso, donde garantizar la asistencia cotidiana y un
horizonte de oportunidad simétrico y justo ya eran una tarea central,
especialmente en el nivel Secundario.
Es así que,
junto a las propuestas virtualizadas en múltiples plataformas (WhatsApp, redes
sociales –como Facebook– o plataformas de enseñanza –como Google Classroom–,
entre otras) y a través de diversos dispositivos (tablets, computadoras,
celulares), se suman otras formas de estar juntos. Es el caso de los
cuadernillos de continuidad pedagógica de los portales Continuemos
Estudiando de la
DGCyE y Seguimos
Educando del
Ministerio de Educación de la Nación, disponibles para navegar y descargar sin
consumo de datos móviles. También, de los programas de radio y televisión –los
oficiales y aquellos otros que se hacen desde territorio–; de las tareas en la
tranquera, que distribuyen y recuperan docentes y directivos en islas y parajes
rurales. Las experiencias son innumerables y tan diversas como nuestra
provincia y nuestras escuelas.
Es en esta
diversidad y multiplicación de configuraciones que venimos a proponer el
trabajo en una plataforma específica, Moodle, con el fin de contribuir a crear
nuevas rutinas y formas de institucionalidad que organicen la diversidad,
aunque no para reemplazar lo que hicimos, sino para construir un espacio
colectivo que pueda comenzar a reunirnos a todos. Se trata de una herramienta
más que, por sus características, creemos de enorme valor especialmente para
los y las estudiantes que ya están alfabetizados y en el marco de un proyecto
institucional en aquellas comunidades donde podamos avanzar en garantizar el
acceso y la conectividad.
A
continuación, abordaremos las características generales de la plataforma con la
intención de convocar al entusiasmo y comenzar a conocer sus particularidades.
Por qué Moodle
La Dirección General de Cultura y Educación adopta para sus
actividades virtuales la plataforma Moodle.
MOODLE es un acrónimo en inglés de Module
Object-Oriented Dynamic Learning Environment (Entorno de Aprendizaje
Dinámico Modular Orientado a Objeto). Se trata de una de las plataformas más
usadas en educación, un espacio digital específicamente diseñado para dar lugar
a distintos modos de organización de la enseñanza y el aprendizaje por medios
virtuales.
Una de las características centrales de Moodle es que es software libre
de Código Abierto bajo Licencia Pública General GNU (Licencia Pública General). ¿Qué quiere decir? Que cualquier
institución puede no solo usarla, sino también adaptarla, extenderla
o modificarla, tanto para proyectos comerciales como no comerciales, sin
pago de cuotas por licenciamiento. No hay grandes compañías detrás de esta
plataforma, sino un conjunto de organizaciones y usuarios que apuestan a un
nuevo modo de propiedad intelectual basado en el don y la colaboración.
Elegir Moodle también es el modo de evitar los grandes conglomerados
digitales como Google (propietaria de YouTube) y Facebook (propietaria de
Instagram y WhatsApp). Estas empresas, que se dividen la enorme mayoría del
tiempo de conexión de la humanidad completa, ofrecen a los usuarios servicios
gratuitos al tiempo que cotizan en bolsa, en un esquema de negocios que incluye
la publicidad, el registro y la comercialización de los datos de las personas
que en ellas participan y se encuentran.
Por lo tanto,
proponer Moodle como entorno sociotécnico de educación en la virtualidad frente
a otras opciones obedece, antes que nada, a un posicionamiento que abona al
concepto de soberanía tecnológica como política de Estado. De este modo, y en
clave de garantía del derecho a la educación, propicia además discusiones
valiosas para la apropiación de aspectos vinculados a la ciudadanía digital, más
allá de los entornos virtuales para la enseñanza y aprendizaje.
|
Recorrida por el aula Moodle Este aula de formación es un aula de Moodle. A
continuación, podrán observar un recorrido general por un aula de ejemplo de
la plataforma en la que nos encontramos. Como veremos, su arquitectura
técnica recurre a metáforas escolares como aula y clase y permite
que los usuarios accedan desde distintos “roles” y con permisos distintos
según sea como profesor o como estudiante. Los invitamos a mirar
atentamente para comenzar a pensar juntos qué podemos y no podemos hacer en
este espacio virtual. Fuente: Ezequiel Layana (2020, 22 de
abril). Reconociendo el aula
[Archivo de video]. Disponible aquí. |
La
continuidad pedagógica en el espacio virtual
Contar con un
aula virtual, en este particular contexto, resulta una enorme oportunidad para
acompañar a las y los estudiantes de la Provincia de Buenos Aires. Es un
espacio de encuentro propicio para recuperar y potenciar las múltiples
iniciativas que por estos días se han puesto en marcha en las distintas
instituciones.
En cada
escuela donde nos desempeñamos nos preocupan mucho, desde el inicio de la
cuarentena, las formas y medios para el sostenimiento del vínculo entre
docentes, estudiantes y familias, lo crucial de la posibilidad del encuentro a
la distancia, la creación y multiplicación de los lazos para que ningún niño,
niña, adolescente o joven quede afuera.
En ese sentido, los medios virtuales brindan una gran ayuda siempre que
contemos con las condiciones de conectividad necesarias que permiten poner en
juego nuevas estrategias de enseñanza en este escenario inédito que nos
desafía.
|
“Asumir la responsabilidad
pedagógica de la escuela requiere situar en el centro de la labor formativa a
la enseñanza, en tanto proyecto político y cultural orientado a lograr que
las y los estudiantes no solo accedan, permanezcan y egresen de las instituciones
educativas, sino, ante todo, que aprendan” Claudia Bracchi, Segundo Documento Base (SSE, 12/05/2020). |
Lograr que los
y las estudiantes aprendan, creemos, no es una cuestión de plataformas, sino de
enseñanza: es tarea de los y las docentes en el marco de un proyecto
institucional que dialoga con la comunidad. Entonces, en este módulo
comenzaremos a recorrer el camino de construir juntos una pedagogía de la
virtualidad, unos modos de hacer, de interrogar y de construir que nos
contengan y nos sostengan en esta tarea de
hacer escuela por otros medios.
Parece claro
que la situación por la que atravesamos nos deja muchas preguntas. Algunas son
dilemas urgentes, otras son preguntas que, en realidad, hacen visible lo que
quizás hemos naturalizado. Sin duda, una de ellas remite al sentido de la
escuela y de la enseñanza escolar: qué de aquello que llamamos escuela no
podemos suspender en tiempos de pandemia y qué, al contrario, tenemos que traer
de nuevo al centro precisamente por la pandemia. Entonces, ¿de qué hablamos
cuando hablamos de hacer escuela
mientras las puertas de las escuelas
están cerradas?
En relación a
esta pregunta, en un encuentro reciente, en el marco de las Primeras Jornadas
de Formación Docente del INFD, Inés Dussel (Ministerio de Educación, 2020)
definió lo que, desde su punto de vista, está en el corazón de la escuela,
aquello que hace escuela a una escuela:
●
En
primer lugar, la existencia de un
espacio y tiempo definido compartido entre generaciones y organizado en torno a
los saberes. No tiene que ver entonces con el edificio escolar (Dussel nos
recuerda que hubo escuela a la orilla del mar o debajo de un árbol antes de que
hubiese escuelas), sino con los sujetos que se encuentran y los motivos de ese
encuentro.
●
Una
determinada forma de organizar la conversación en torno a los saberes a través del estudio, de la práctica y de
una tensión sobre el mundo, que nos enseña a pensar y a interesarnos por
él, a interrogarlo desde un lugar distinto y propiamente escolar.
●
Esa
conversación supone una cierta calidad de la presencia, un trabajo de cuidado en cómo se presenta ese mundo, una selección
amorosa de la experiencia humana que se pone a disposición de los nuevos y las
nuevas.
La escuela
aparece así como una institucionalidad organizadora, como un conjunto de
rituales que –siempre situados– ordenan un encuentro intergeneracional donde los viejos ponen a disposición de los nuevos una porción de la cultura común para que se hagan de ella
y con ella. Al mismo tiempo, ese poner a disposición asume modos también
ritualizados y propios de lo escolar, uno de ellos, rasgo fundante, se trata de
lo mismo para todos bajo el supuesto
de que todos pueden. Entonces, la
escuela no es cuatro paredes, un mástil y una pizarra; es, en realidad, modos
de estar y hacer juntos que, en circunstancias extraordinarias, bien podrían
reproducirse en otros escenarios. ¿Podrían reproducirse en otros escenarios?
|
La escuela: cuidado, enseñanza y
aprendizaje Los invitamos a ver el siguiente material que, de
forma breve, entra en diálogo con las ideas expuestas hasta aquí. Se trata de
un recurso generado por la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia a
propósito de la enseñanza digital en tiempos de pandemia y que nos ayuda a
pensar el lugar de la transmisión escolar. Su inclusión aquí responde,
precisamente, a la voluntad de inscribir este debate en un marco global, ya
que el hacer escuela por otros medios es hoy un desafío que no reconoce
fronteras. Disponible aquí. |
Hacer escuela
siempre, y quizás aún más en estos tiempos tan convulsionados, es hacer que las
cosas del mundo sean accesibles para
todas y todos y, al mismo tiempo, susceptibles de resignificación en cuanto a
su sentido. Nos referimos a un hacer escuela mediante posiciones de cercanía,
confianza, cuidado y respeto que alberguen estrategias de inclusión y de
efectiva democratización de los escenarios escolares para los y las
estudiantes, favoreciendo condiciones de acceso a la educación en términos de
derechos y revalorizando el carácter público de la escuela en tiempos de
aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Sin embargo,
en las escuelas no nos ha resultado fácil hacernos del tiempo para esta
pregunta o para otras; detenernos ha resultado complejo y, en cambio, quedamos
atrapados en un devenir veloz de actividades, tareas, demandas y exigencias. Es
por eso que, para poder avanzar y pensar lo que sigue, es fundamental
inscribirnos en una nueva temporalidad donde sea posible tomarnos el tiempo
para formarnos y también, y sobre todo, para pensar con otros y otras docentes,
con los equipos de conducción, con los y las estudiantes y con las comunidades.
Por eso mismo,
no se trata únicamente de un tiempo nuevo, sino de volver al espacio propio,
para reflexionar no ya solo la escuela,
sino cada una de nuestras escuelas.
Imaginar alternativas y crear propuestas que sean para estos chicos y estas
chicas, para estos y estas adolescentes y jóvenes, desde las condiciones de
posibilidad tan diversas que hay en el territorio. En este tiempo inédito tal
vez no sepamos exactamente cuál es el mejor camino y debamos asumir que estamos
en una etapa de producir respuestas sobre cómo acompañar mejor para que todos y
todas aprendan; pero lo que sí tenemos que saber es que no es necesario hacerlo
solos o solas.
Los rituales del aula virtual
Como ya hemos
señalado, Moodle nos ofrece una forma de llevar adelante los encuentros
pedagógicos en el marco de una arquitectura técnica donde hay un aula para cada materia y su grupo de estudiantes;
allí, se organizan sucesivamente las clases.
Antes de poner en tensión este esquema (que lo haremos), los invitamos a pensar
dentro de la caja, es decir, dentro
de ese marco de posibilidades que nos habilita la plataforma en su uso más
habitual y que sugiere un conjunto mínimo de rituales organizadores, de esos
que no abundan por estos días.
Una de las
cuestiones fundamentales tiene que ver con pensar cómo generar cercanía y
confianza con estudiantes que, muchas veces, no llegamos a conocer al momento
de la interrupción de las clases presenciales. En esta línea, la paradoja
reside precisamente en cómo generar presencia en la distancia, cómo poner y
arrimar los cuerpos para que estemos juntos interrogando el sentido común de
las cosas del mundo. Si bien abordaremos este tema en extenso en el Módulo 3,
adelantaremos aquí que habitar un aula virtual es un poco como habitar un aula
física.
La comunicación
y el intercambio son claves en entornos virtuales para la enseñanza y el
aprendizaje, y, como sucede en la presencialidad, constituyen uno de los
elementos definitorios en la constitución del vínculo pedagógico. Una de las
formas de producir el hecho social en un aula virtual es inscribir la propuesta
en una narrativa, en una construcción discursiva multimedial y multimodal que
convoque, construya proximidad y que considere el particular contexto en el que
se encuentran nuestros y nuestras estudiantes, conectando con sus intereses,
motivaciones y aquellas situaciones que los puedan estar atravesando.
Pensemos, por
caso, cuán difícil se hace imaginar una clase en la que, nosotras y nosotros
docentes, ingresamos al aula y hablamos de corrido o dictamos una lista de
conceptos, con tono monocorde y en un registro excesivamente formal, sin traer
los gestos y los tonos, sin imprimir ritmos, sin explicar o generar actividades
que permitan interactuar y ceder las palabras y las cosas. Este modelo de clase
muda, que no se sostiene ni produce aprendizajes significativos en la
presencialidad, no debemos replicarlo en el aula virtual.
|
En su libro Leer
el mundo (2016), la antropóloga francesa Michèle Petit, asegura que “el
relato vincula”. Desde su punto de vista, narrar es una forma de tejer
puentes con el mundo, con los pares, entre generaciones, con uno mismo, y de
ligar la experiencia y lo que de otro modo aparece como fragmentario. Señala
en particular (y premonitoriamente) que, durante las crisis, el relato
resulta un ejercicio ordenador que tranquiliza y repara. “La literatura, oral o escrita, se acuerda a veces
del aeda acompañado de su lira. Y las historias son desvíos que nos permiten
representar nuestra propia experiencia, darle sentido, saberla compartida,
pero también reencontrar, a veces, debajo del verbo, las sensaciones
maravilladas que suscitó en nosotros el descubrimiento de los seres y de las
cosas, de las vacas marrones y del hermoso caballo bajo los naranjos. El sabor
de la vida y su canto” (Petit, p. 100) |
En este
sentido, y para pensar una clase inscripta en un relato, la plataforma Moodle
dispone de muchos recursos y combinaciones posibles. Podremos optar por
aquellos que mejor contribuyan a la presentación de los contenidos y sean más
adecuados para los objetivos que nos planteamos. La decisión por unos y por
otros es una decisión situada, que tiene que ver con los y las estudiantes que
tenemos, las comunidades que habitamos y el trabajo con el saber que nos disponemos
a proponer. En definitiva, esa decisión no es una decisión aislada y solitaria.
Se construye en el marco de los acuerdos institucionales que se dan al interior
de cada escuela, con otros y otras docentes.
Les acercamos
un tutorial que sintetiza los principales recursos y herramientas
que ofrece Moodle. Las y los invitamos a recorrerlo identificando y recuperando
potenciales dudas o inquietudes. Más adelante, tendrán además la oportunidad de
experimentar en rol de Profesor (nomenclatura
de Moodle) en un aula de práctica.
Disponer la clase en Moodle
Disponer la
clase en un entorno virtual es una tarea que tiene mucho de trabajo docente
cotidiano. Supone, en principio, seleccionar materiales y armar una cierta
coreografía de tiempos, recorridos y actividades. También sobre este punto
profundizaremos más adelante (en el Módulo 2), pero vamos aquí con los
rudimentos.
Una cuestión
central para el trabajo pedagógico en la planificación de la enseñanza son los tiempos. Es importante destacar que
cuando hablamos de encuentro o de clase no estamos suponiendo un cara a cara online entre docente y
estudiantes ni una conexión simultánea como condición o forma única.
En
contraposición, lo específico del encuentro pedagógico en el aula de Moodle es
que se concibe prioritariamente como asincrónico
y de un período extendido en varios días o semanas; es decir que cada
estudiante accede al aula y a la voz, a la imagen y escritura del docente y sus
compañeras y compañeros, a los materiales y actividades que allí disponemos, en
algún momento dentro de un período más o menos flexible y de acuerdo a sus
propias posibilidades.
En los últimos
meses, nos hemos dado cuenta de que disponer una clase en un entorno virtual
demanda un tiempo extenso y un trabajo profundo. Es por eso que la clase
virtual tiene que ser pensada con otra
periodicidad, distinta a la diaria o a la semanal, y como una propuesta que
contenga un recorrido más amplio, aunque se vaya develando por etapas más o
menos anticipadas y anticipables.
Al momento de concebir el diseño de nuestra propuesta a
distancia en entornos virtuales, es crucial tener en cuenta el tiempo que las
y los estudiantes destinarán para la participación. Esta consideración deberá
incluir: ●
posibilidades y condiciones de acceso ● tiempo de conexión ● descarga y lectura de materiales ● tiempo para aclarar las dudas ● resolución de posibles actividades previstas ● saberes técnicos y experiencia en ámbitos virtuales Las actividades y espacios que propongamos deben tomar nota
de estas variables y delimitar, en todos los casos, la necesidad de lo que
llamamos un diagnóstico tecnopedagógico
de la situación de nuestros y nuestras estudiantes. |
Por otro lado,
sabemos que –en el contexto incierto en que nos encontramos– hemos tenido que
reformular y poner en cuestión nuestra planificación. Sin embargo,
especialmente en esta situación de incertidumbre, resulta imperativo dotar de
cierta organización de agenda periódica, en tramos cortos, para contribuir a la
planificación personal de las y los estudiantes, sus familias y las nuestras.
Planificar en una nueva temporalidad y haciendo explícito cada paso. A
continuación, proponemos un esquema básico de organización común.
1. Presentación y
anticipación
El planteo
claro de los propósitos que se persiguen en el encuentro, los contenidos que
serán trabajados y el tiempo que se destinará (que podrá ser en semana/s)
deberá ser presentado con explicaciones concretas, sencillas y amenas de parte
del o de la docente. De esta manera, se contribuye al marco de seguridad que
tanto estudiantes como familias necesitan en esta situación de vínculo con lo
escolar desde la no presencialidad.
Un punto importante a tener en cuenta es que el espacio
virtual nos ofrece la posibilidad de seleccionar
materiales en distintos formatos multimediales y multimodales. Sin
embargo, esa selección (amorosa, dijimos) debe responder a varios criterios
específicos que hacen a la virtualidad. La primera regla es que la selección
responda a criterios pedagógicos y no a la disponibilidad o las mieles del
mercado: existen muchos videos, aplicaciones e incluso secuencias didácticas
muy listas para usar, pero ¿se ajustan a lo que quiero enseñar y a cómo
quiero enseñarlo?, ¿están pensadas para mis estudiantes?, ¿se vinculan con
sus intereses y con sus saberes? Por otro lado, también es necesario pensar
en lo mundano a partir de lo que ya sabemos de nuestros y nuestras
estudiantes: ¿cuántos megas requiere visualizar o acceder a ese recurso?, ¿tienen
disponibilidad de datos para poder descargarlo?, ¿se ajusta al tipo de
dispositivo desde el cual estarán accediendo mayoritariamente? |
Como ya se ha
dicho, la diversidad de recursos digitales permite acercar la voz e imagen del
o de la docente en la asincronía; por ejemplo, a través de la grabación de
audios o videos disponibles en el aula virtual. Recuperar la oralidad y reponer
los cuerpos y los rostros –no solo docentes, sino abriendo la posibilidad a los
y las estudiantes– es una estrategia que otorga a la experiencia virtual otra
densidad, más comprometida y convocante.
2. Desarrollo del
encuentro
El uso de
recursos específicos de Moodle (como “Libro”, “Página web”, carpetas con
archivos, URL, etc.), así como aplicaciones de la web que permiten el diseño
enriquecido de materiales que se integran al aula virtual, ofrece un abanico de
posibilidades didácticas para la explicación y la narración de contenidos, la
profundización, la problematización de casos de análisis y todas las
estrategias que el o la docente desee desplegar según el modelo pedagógico que
siga.
Un punto clave
en el desarrollo es el planteo de actividades
para el/la estudiante: ¿qué interacciones y producciones deberá realizar
con los materiales presentados, en forma personal, con sus compañeras y
compañeros y con el/la docente? ¿En qué lapso de tiempo lo propondremos?
Para delinear
la secuencia de actividades, pensar tanto en lo que se espera del hacer del estudiante en forma individual
y en interacción con su grupo de pares y con el/la docente como en qué plazo
(posible) para el logro de los propósitos planteados son ítems fundamentales.
En el espacio de enseñanza virtual a distancia se
retoman las prácticas habituales de las clases presenciales: presentar los
contenidos, ampliar la explicación de conceptos complejos, ejemplificar,
contextualizar o jerarquizar lecturas, proponer actividades, darles sentido. |
Es muy
importante aclarar que de ninguna manera esta forma de presentar los saberes o
de abordar la explicación supone retomar el un esquema deductivo de clase
“presentación de contenidos + actividad de aplicación o ejercitación”. Por el
contrario, proponemos: primero, ser creativos y creativas en la secuenciación
de los distintos elementos poniendo el ojo en los espacios de autonomía y
producción, propia y con otros; segundo, saber que las y los docentes estamos
aprendiendo junto a las y los estudiantes; y, por último, no olvidarnos de que
probando podremos construir mejores propuestas.
3.
Cierre y continuidad
Cerrar el
“círculo” de lo que se propone ofreciendo información acerca de las
devoluciones que se brindarán, en qué espacio, cuándo, mediante qué tipo de
intervención docente y/o de sus pares contribuye a la organización y seguridad
del/de la estudiante respecto del recorrido que llevará adelante.
El planteo de
puntos de continuidad “con lo que vendrá” en un próximo encuentro o “clase”
también es una anticipación conveniente a realizar en el cierre de este momento
pedagógico, promoviendo nuevos intereses y el fortalecimiento del sentido
global para el tránsito por todo el trayecto.
|
Ahora que comenzamos a conocer la caja o arquitectura
técnica de Moodle, que habilita formas de trabajar con los saberes e
interacciones con otros, les proponemos ponerla en tensión y pensarla de
otros modos. Un poco a la manera del gato de Schrödinger, se trata de poder
estar al mismo tiempo adentro y afuera de esa caja. Lo que trae de bueno el uso
institucional de una plataforma es la posibilidad de ordenar una propuesta en
un solo espacio virtual a partir de un eje donde se vincule lo que venimos
haciendo. Así, tenemos la oportunidad de organizar la virtualidad como
propuesta y como experiencia. Pero eso no supone, necesariamente, que a un aula le
corresponda una materia de un curso; podemos pensar formas de agrupar que
desafíen el formato y que se acomoden mejor a lo que estamos necesitando. Puede ser un aula para cada curso con una ventana por
materia o, mejor aún, un aula por área donde podamos pensar clases juntos a
partir de saberes integrados interdisciplinarios, multidisciplinarios o
transdisciplinarios. Puede haber un aula para jugar, para estar de recreo,
con o sin supervisión de los adultos. También un aula que sea sala de
profesores, con planificación, pero también con mate y conversación sobre el
clima. Otra, ¿por qué no?, que nos acomune
o que nos ponga a trabajar de otro modo. El potencial es inmenso. |
Queridos y
queridas colegas, llegamos al cierre de este primer módulo. Nos propusimos
abordar el concepto de entornos virtuales para la enseñanza y el aprendizaje y
las metáforas de aula y clase virtual que nos permiten organizar
la tarea, los tiempos y los recursos en el actual escenario de aislamiento.
También, realizamos una primera presentación de nuestra plataforma Moodle. Las
y los invitamos ahora a comenzar a acercarse a los recursos que ofrece este
entorno para imaginar otros recorridos posibles en sus prácticas de enseñanza
tomando como punto de partida todo lo ya realizado con medios digitales.
¡Nos
encontramos en las primeras actividades!
A
continuación, les presentamos las actividades con las que estaremos trabajando
junto al detalle de cada una.
|
Actividades Actividad 1 1. Recorrer y leer detenidamente el tutorial de Moodle. 2. Invitación:
las y los invitamos a registrar, en el muro
disponible en el aula, aquellas dudas e inquietudes que puedan surgir.
Serán un insumo muy importante para recuperar y poner en común en el
encuentro sincrónico que les propondremos en esta semana. Aquí podrán observar un tutorial para
dejar su inquietud en el muro. Objetivos de la actividad Se espera que puedan tener un primer acercamiento a los
recursos de la plataforma virtual para la enseñanza a distancia que propone
la DGCyE (Moodle). Modalidad de participación Individual. Los recursos a utilizar Tutorial de Moodle, muro digital para el registro de
inquietudes de Moodle, foro de consultas para las dudas que surjan,
dispositivo (PC, notebook o celular) y acceso a internet. Tiempo previsto para el desarrollo
de la actividad Durante la
primera semana del curso. Actividad 2 En línea con la propuesta del
módulo –caracterizado por una búsqueda permanente de diálogo entre lo
teórico, nuestra praxis como educadores y educadoras y el particular contexto
que nos atraviesa–, les proponemos la siguiente actividad: 1. Ingresar al
“Foro de presentación y reflexión
sobre la enseñanza en entornos virtuales”. Allí, los invitamos a
presentarse (contando el distrito donde residen o desempeñan su tarea docente
y lo que deseen compartir en relación a ese desempeño). Luego les proponemos
recuperar una experiencia relativa a estrategias de continuidad pedagógica que
hayan puesto en marcha a través de medios digitales, u otra situación
significativa que nos permita pensar y construir sentidos colectivamente.
Analizar muy brevemente la
experiencia a la luz de alguno de estos ejes: - la construcción dialógica en los
medios digitales; - el sostenimiento del vínculo a
través del medio utilizado; - la “adaptación” del medio virtual
disponible como entorno para la enseñanza y el aprendizaje; - las posibilidades
didáctico-pedagógicas que observamos en el entorno de Moodle; - la propuesta de actividades para
el/la estudiante a distancia (adolescente, joven o adulto/a) o para el niño o
la niña acompañado/a de su familia; Objetivos de la actividad Se espera que, al recuperar los aportes del módulo, logren
analizar una situación que dé cuenta de una práctica de enseñanza concreta en
el ámbito virtual que hayan llevado adelante como estrategia para la
continuidad pedagógica y que, de este modo, puedan anticipar otras
oportunidades posibles a través del entorno de Moodle. Recordamos que el
foro es un espacio para conversar. Esperamos, por tanto, que puedan
leerse entre colegas del aula, retomar el aporte de otro/a compañero/a para
una verdadera construcción colectiva. En este sentido, realizar participaciones sintéticas contribuye a la lectura de
todos/as y brinda mayor dinamismo a las interacciones. Alentamos,
entonces, las participaciones breves en distintos momentos de la semana y no
una sola de gran extensión. |
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Referencias Bracchi, C. (2020, 12 de mayo).
Enseñanza y evaluación. Tercer Etapa de la Cuarentena. Documento Base. Buenos
Aires: Subsecretaría de Educación de la DGCyE. Ministerio de Educación
(2020, 21 de mayo). Jornadas de
Formación Docente. Inés Dussel y Flavia Terigi [Archivos de video].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=pZYGWi7nHQM Petit, M. (2016). Leer el mundo. Experiencias actuales de
transmisión cultural. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Universidad Pedagógica
Nacional. (2020, 10 de junio). La
escuela: cuidado, enseñanza y aprendizaje [Archivo de video]. Disponible
en https://youtu.be/b4T-eAtoPIM Imágenes Argentina. Ministerio de Educación
de la Nación (2015) Presente. Retratos
de la educación argentina. CABA: Ministerio de Educación de la Nación. |
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